Hacia finales del 2018, percibíamos como familia, que el siguiente podría ser mejor. Ya era dulce aquel, y este, sería más dulce aún. Esa era nuestra fe.
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| La familia, reunida en el edificio de la Iglesia de la Basílica de Ka'akupe (enero de 2019) |
El último día del 2018, levantábamos nuestras copas, brindando en voz alta, esperando que queden en nuestras mentes, todas aquellas vivencias del año que concluía, y que el nuevo año, llegara cargado de emociones, de desafíos por cumplir, con un poco de temor por lo inesperado, pero mirando hacia los sueños que deseábamos cumplir... Y ahí, frente al pesebre del Niño Jesús, nos tomamos fuerte de nuestras manos, elevando la plegaria ante Dios, solicitando la intercesión de María Santísima.
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| Familia Galeano Colmán - Navidad de 2.018 |
Y salimos al día siguiente. Para celebrar la vida. Para seguir andando. Para lograr batir fuerte las alas por primera vez en el año, pensando que la sonrisa debía ser dulce compañera en nuestro caminar...
Corrían los primeros días del año nuevo, 2019. Era un año que parecía lleno de promesas.
